La noticia del milagro e intervención de la Santa Madre de Dios en la batalla de Covadonga (Asturias) y el inicio de la Reconquista por parte del Santo Rey Pelayo llegaron hasta la corte del Emperador León el Isáurico, quien, como acción de gracias, mandó celebrar esta fiesta en honor de la Madre de Dios, que se ha mantenido en el Sinaxario general de la Iglesia Ortodoxa. El sinaxario hace referencia a que en España se conocía a esta fiesta como de la Madre de Dios de las Batallas.
El Icono de la Madre de Dios es del tipo Soberana, sentada en el trono con el Enmanuel en sus brazos. En el que ilustra este artículo, venerado en la Parroquia de los Santos Andrés y Nicolás de Alicante (Patriarcado de Serbia), se ve al Santo Rey Pelayo suplicando a la Madre de Dios. En la cueva santa está el ermitaño rogando por la victoria, y desde el cielo Cristo le da a Don Pelayo la Cruz de la Victoria, que se custodia en Oviedo.
¡Que la Madre de Dios de las Batallas, protectora de España, nos libre de los terribles males que padecemos!
Fuente e imagen: Revdo. Hieromonje Nicolás (Vera), Parroquia de los Santos Andrés y Nicolás de Alicante (Patriarcado de Serbia)