Entre las festividades orientales dedicadas a la Santa Madre de Dios es posible distinguir entre las que tienen relación con las acciones de la Santa Virgen durante su vida mortal y su posterior actividad entre los creyentes cristianos. En la primera categoría podemos incluir su Natividad, la Presentación en el Templo, la Anunciación, Natividad de Nuestro Señor y, por supuesto, la Dormición de la Santa Virgen. En la segunda categoría pueden incluirse un número de milagrosas apariciones -como la de la iglesia de Blaquerna de Constantinopla, probablemente en los años 20 del siglo X- o algunos otros milagros como la derrota de los árabes y eslavos que asediaron Constantinopla; y no cabe olvidar diversas curaciones milagrosas, incluso resurrecciones de entre los muertos, milagros que son recordados en algunos himnos dedicados a Ella, como el Akathistos y la Paraclísis de la Madre de Dios.
La fiesta bizantina más impresionante en honor de la Virgen María, perteneciente a la segunda categoría, es sin duda la Protección de la Theotokos, celebrada el 1 de octubre (o el el 28 de octubre en la Iglesia de Grecia). Más conocida como la Pokrov en los países eslavos, Acoperamantul Maicii Domnului en Rumanía o Skepi en Grecia y Oriente, la fiesta trata acerca de la milagrosa aparición de la Santa Madre de Dios en la iglesia bizantina de Blaquerna, pero también tiene que ver con una santa reliquia conocida como el Velo de Nuestra Señora. Además, el vocablo griego skepi lo mismo significa “protección” que “velo”.
La historia de una milagrosa aparición
La fiesta de la Protección se celebra en relación con la extraordinaria vida de un loco por Cristo, San Andrés de Constantinopla. Su biógrafo, el sacerdote Epifanio de la catedral de Santa Sofía, hizo notar que Andrés tenía ascendencia eslava y era esclavo en la corte de un noble de Constantinopla. Una noche él recibió el mandato divino de actuar como un loco para cumplir una misión especial. A partir de ese momento, Andrés vivía en las calles o bajo los pórticos de las iglesias, junto a los mendigos, vagabundos y prostitutas, haciendo a primera vista cosas estúpidas, pero en realidad tratando de devolver a la fe muchos pecadores.
Después de un tiempo viviendo así, se hizo amigo de Epifanio, un sacerdote de la catedral a quien confesó su auténtica identidad y el significado de sus actos. Poco después Epifanio se convirtió en “aprendiz” de Andrés, quien le contó sus visiones y le enseñó el auténtico modo de vida cristiano.
El Sinaxario Griego para la Fiesta de la Protección de Nuestra Señora afirma que San Andrés, junto con Epifanio, participó en una vigilia nocturna el día 1 de octubre, noche del sábado al domingo, en la iglesia de Blaquerna, un importante lugar de peregrinación en Constantinopla, construido en torno a 450 por la emperatriz Pulqueria. La oración especial tenía su razón de ser en la amenazada libertad de la ciudad, sometida a un ataque bárbaro. No queda clara la identidad de los atacantes.
Eso sucedió “en tiempos del emperador León el Sabio” (refiriéndose a León IV, 886-912). Hacia las cuatro de la madrugada, Andrés alzó sus ojos al cielo y vio, junto a su discípulo, que la Virgen María estaba allí, suspendida en el aire, rodeada de luz y orando, su rostro anegado de lágrimas. En la visión, que no era sólo visible para Andrés y Epifanio, sino también para otros que estaban allí en la iglesia, la Santa Virgen estaba rodeada de ángeles, junto con San Juan Evangelista y San Juan Bautista. Su oración está citada en el himno Akathistos de la Protección de la Theotokos. En el Sinaxario dice así: “Padre celestial, recibe a todos los que te glorifican y pronuncian Tu Santo Nombre en todo lugar. Santifica los lugares donde mi nombre es recordado y glorifica a quienes te glorifican y me honran a mí, Tu madre. ¡Recibe todas sus oraciones y promesas y líbralos de todos los males y necesidades!” Después de terminar su oración, Ella caminó hacia el altar y siguió orando. Poco después, el peligro se extinguió y la ciudad se salvó una vez más. Después de un instante, Ella se quitó el velo (omophorion o mandylion) y lo desplegó sobre toda la gente congregada en la iglesia, como signo de su protección. Entonces San Andrés se volvió hacia su discípulo, Epifanio, que estaba junto a él, y le preguntó: “¿Ves, hermano, a la Santa Theotokos rezando por todo el mundo?” y Epifanio respondió, “¡Sí, Santo Padre, la veo y estoy maravillado!”.
La celebración de la Protección de la Theotokos en este día tiene su motivo en algo más que este evento aislado. Se podría decir que está más bien conectada con diversas salvaciones milagrosas de la ciudad de Constantinopla, en peligro debido a muchas invasiones extranjeras. La primera vez que la capital del Imperio Bizantino fue asediada, fue en 626 a manos de los persas y los escitas, durante el reinado de Heraclio. Tras una procesión con los iconos y una reliquia de la Virgen María (probablemente su velo; pues su túnica, velo y parte del cinturón habían sido traídas desde Palestina por orden de León I en 473), una repentina tormenta dispersó la flota enemiga en el Cuerno de Oro, cerca de la iglesia de Blaquerna, y Constantinopla se salvó. En honor a este suceso, el patriarca Sergio (o, según otros, el diácono Jorge Pisida) compuso el famoso himno Akathistos.
Los árabes asediaron la ciudad en 717-718, pero perdieron la batalla de un modo similar, y más tarde la gente de Rus – los ancestros de los rusos -, liderados por Askold y Dir en 860, según las Crónicas Primigenias. El patriarca Focio y el emperador Miguel encabezaron una vigilia nocturna en la iglesia de Nuestra Señora de Blaquerna. El cronista dice que “el tiempo estaba estable, y el mar estaba en calma, pero un fuerte viento se levantó, y cuando grandes olas se alzaron enfrente, confundieron los barcos de los paganos de Rus, los lanzó a la costa y los destruyó, de modo que pocos escaparon a tal destrucción y regresaron a su tierra natal”. Según Néstor, la fiesta de la Protección celebra la destrucción de esta flota en algún momento del siglo IX, lo que no puede ser correcto, ya que San Andrés vivió a principios del siglo X.
En cualquier caso, según la tradición rusa, se cree firmemente que los bárbaros que cercaron Constantinopla en tiempos de San Andrés procedían de Kievan-Rus. Los hechos históricos establecen que en 907 la capital bizantina fue atacada por las tropas de Oleg de Novgorod, quien reclamaba para su gente derechos especiales de comercio con el Imperio. León lo combatió y la ciudad se salvó, pero ellos volvieron a atacar en 911, y entonces el tratado se firmó. El 1 de octubre de 907 era sábado, lo que confirma la información.
Por último, la protección de la Theotokos sobre Constantinopla tiene relación con una potencial invasión búlgara en 926, cuando el zar Simeón fue disuadido de atacar la ciudad después de que le fue mostrado el Santo Velo.
Es interesante hacer notar que la Fiesta de la Protección empezó a ser celebrada en el siglo XII por los rusos, la gente que en aquella época atacó Constantinopla. La celebración se expandió por todo el cristianismo oriental, pero hasta hoy su importancia destaca especialmente en los países de lengua eslava.
La reliquia del Velo Protector
Parece ser que el Velo Protector es un omophorion, similar a una corbata. Su forma está atestiguada por su representación en los iconos. Los obispos bizantinos llevan un omophorion como símbolo de la plenitud del poder jerárquico.
El Velo de la Theotokos, junto con su cinturón y otras sagradas reliquias, fueron traídos desde Palestina por orden el emperador León I el Tracio (457-474) y permanecieron hasta 473 en la iglesia de Blaquerna, siendo muy popular debido a diversos milagros relacionados con él. Una parte del Velo Protector o quizá su totalidad fueron donados por la emperatriz bizantina Irene como regalo al emperador Carlomagno, como parte de una negociación matrimonial. Carlomagno lo donó a la catedral de Chartres, donde ha permanecido hasta hoy, aunque pequeños trozos del mismo se difundieron por todo Occidente. Como ejemplo, un trozo es conservado hoy en día en la iglesia de San Josafat de Detroit, Estados Unidos.
El Velo continúa jugando su papel en la historia bizantina, aunque más como culto ritual que como veneración física.
Otra venerada reliquia: el cinturón de la Theotokos
En Oriente, la veneración a la Theotokos están relacionada con el “cinturón de la Theotokos”, actualmente conservado en una pequeña caja en el monasterio Vatopedi (monte Athos), hecho de pelo de camello. Según la tradición, el centro del mismo fue bordado con hilo de oro por la emperatriz Zoe de Constantinopla, que fue curada por el santo cinturón.
Yendo atrás, la tradición afirma que esté cinturón fue dado milagrosamente a Santo Tomás Apóstol, que llegó tarde al funeral de la Santa Madre, como prueba de su asunción a los cielos. Primeramente el cinturón se quedó en Jerusalén. El emperador Arcadio (395-408) fue el que lo llevó a Constantinopla, primero a la iglesia de los Santos Apóstoles y más tarde a Blaquerna (durante el reinado de la emperatriz Pulqueria, 450-453), y permaneció allí, junto con otras reliquias (como ya se ha dicho) hasta la época de Justiniano, cuando fue trasladado a Santa Sofía. Como he dicho antes, la emperatriz Zoe, siendo curada al llevar este cinturón, lo hizo bordar con hilo de oro, y lo colocó de nuevo en el relicario. Este evento se marca en el calendario bizantino como la Fiesta de la puesta el Cinturón en el relicario (31 de agosto). Finalmente fue tomado por los búlgaros de Ionita Caloian, tras una batalla perdida por Alexios Angelos III (1195-1203) y llegó al monasterio de Vatopedi, entregado por Lazar, el zar de los serbios en 1389.
Después de esto, el santo cinturón fue llevado en largas procesiones durante grandes epidemias, como la peste en Valaquia (1813) y en el Imperio Otomano (1871), o en tiempos actuales, en diferentes países, para su veneración.
El icono de la Santa Protección
El icono de la fiesta representa a la Santa Virgen de pie entre los fieles con los brazos extendidos en oración y envueltos con un velo, rodeada de ángeles y de los doce apóstoles, obispos, santas mujeres, monjes y mártires, que permanecen bajo el velo. Ella lleva en sus brazos extendidos el santo velo, que simboliza la protección de su intercesión.
Bajo esta escena, que representa a la Iglesia celestial, está la Iglesia terrenal, probablemente la misma Blaquerna, donde aparece un joven varón vestido de diácono, que lleva en su mano izquierda un rollo con el texto del Kontakion de la Natividad, que honra a la Madre de Dios (“Hoy, la Virgen da a luz Al que está más allá de la Vida…”). Éste es San Román el Melodista, un himnógrafo celebrado también el 1 de octubre. Aunque no está directamente conectado a esta fiesta, su historia habla de cómo recibió el carisma de escribir melodías en honor a los Santos después que la Santa Madre le dijo en sueños que comiese el rollo que ella le daba. Al hacerlo, él empezó a estar inspirado para escribir.
Junto a él, a la derecha están Andrés y Epifanio, y a la izquierda están también el emperador León el Sabio y la emperatriz Zoe (que fue milagrosamente curada de una enfermedad -probablemente epilepsia- al llevar el cinturón de la Theotokos) y el patriarca de Constantinopla de la época, que fue probablemente Eutimio I (entronizado en marzo de 907).
El icono de la Pokrov podría estar relacionado con la imagen occidental de la Virgen de la Misericordia, en la cual la Virgen extiende su manto para cubrir y proteger un grupo de fieles suplicantes. Esto es conocido en Italia a partir de 1280. Una de estas escenas aparece en la iglesia de San Bonifacio de Fulda, Alemania.
Troparion (himno) de la Fiesta
“Hoy los fieles celebran la fiesta con alegría iluminada por tu venida, oh Madre de Dios. Contemplando tu pura imagen clamamos fervientemente a ti: rodéanos en torno al precioso velo de tu protección; líbranos de todas las formas de mal, rogándole a Cristo, tu Hijo y Nuestro Dios, que salve nuestras almas”.
Mitrut Popoiu
Fuente: Preguntasantoral
Adaptación propia