El 19 de octubre, la Iglesia búlgara honra la memoria de su patrono celestial, san Juan de Rila. Con su nombre se asocia el monasterio más venerado por todos los búlgaros, el de Rila, que ha preservado a través de los siglos la fe y la espiritualidad del pueblo. El primer hegúmeno del convento fue san Juan de Rila, quien vivió durante muchos años en soledad en lo más recóndito de la montaña más alta de Bulgaria, Rila. En 1983 la UNESCO incluyó el monasterio en la Lista del Patrimonio Mundial. El pueblo y la Iglesia llaman a san Juan de Rila Taumaturgo debido a los muchos testimonios de sanaciones divinas y oraciones hechas realidad gracias al santo.
Lo que sabemos de él es insuficiente –dice el padre Boyán Saráev– . Vivió en tiempos muy remotos, a fines del siglo IX y principios del X. Eran tiempos muy malos para el pueblo y el país. La depravación en los altos círculos políticos era grande, había sectas, y las obras de la carne y la degradación eran generales. En semejantes tiempos complejos y difíciles, Dios envió a san Juan de Rila para enseñarnos las verdades del Santo Evangelio”.
La mansedumbre y la humildad de san Juan de Rila fueron un ejemplo para muchos y, pese a llevar una vida apartada, su fama de intercesor ante Dios por todos los necesitados creció entre ortodoxos y heterodoxos. La gente buscaba constantemente su apoyo y sabios consejos. San Juan de Rila era conocido por su pureza y bondad, y ya en vida le llamaban ángel terrenal y morador celestial.
Después de su muerte, en el año 946, fue enterrado cerca del Monasterio de Rila, fundado por él. Al enterarse de la muerte del ermitaño, el zar Pedro ordenó que sus reliquias fueran trasladadas a la ciudad de Sredets, la actual Sofía. Cuando abrieron la tumba, sus discípulos vieron un cuerpo incorrupto que emanaba fragancia. Trasladaron las reliquias de san Juan de Rila el 19 de octubre, y desde ese día, cada año, la cristiandad Búlgara venera con solemnidad su memoria.
Darina Grigórova
Traducción al español: Daniela Radíchkova
Fuente: bnr.bg
Adaptación propia