La matanza de 20.000 cristianos en Nicomedia -que, según los sinaxarios griegos, ocurrió el día de la Navidad del año 303-, se refiere a la pasión de muchos miles de mártires que se habían reunido para rendir culto al Señor en el día del nacimiento de Cristo.
El emperador Diocleciano mandó que las puertas de la iglesia donde estaban los cristianos fuesen atrancadas, que se formase una hoguera en torno al edificio y frente a la puerta principal un trípode con brasas e incienso. Ordenó, asi mismo, que se encendiese la hoguera al tiempo que un heraldo proclamaba, de manera que pudiera oírsele desde adentro, que todo aquél que quisiese librarse del fuego, saliera por la puerta principal a ofrecer incienso a Júpiter. Y, cuando todos a una, los que estaban dentro de la iglesia, declararon que estaban prontos a morir por Cristo, se alimentó la hoguera inmensa con ramas secas, se avivaron las llamas y todos perecieron en el fuego. De esta manera, pudieron nacer para el cielo aquel mismo día en el que plugo a Cristo nacer en la tierra para la salvación del mundo».
Por su parte, Eusebio (‘Hist. Ecl.’ 8,6) dice que todos los cristianos que entonces vivían en Nicomedia fueron asesinados por decreto imperial (algunos por la espada, y otros mediante el fuego) y que, debido a su divino e inexpresable celo, tanto hombres como mujeres se arrojaban al fuego.
Además de a los asesinados en la Iglesia, hoy también se conmemora a los siguientes Santos, que fueron martirizados en la misma persecución: Indo, Gorgonio y Pedro (los tres arrojados al mar); Glicerio el Presbítero y Mardonio (ambos quemados); Doroteo el Prefecto y Zenón (ambos decapitados); Teófilo el Diácono (lapidado); Migdonio (enterrado vivo); y Domna, que había sido sacerdotisa de los ídolos, creyó en Cristo y fue bautizada (decapitada y arrojada al fuego).
Ver también la historia de San Antimo el 3 de septiembre.
Fuente: GOARCH / catholic.net
Traducción del inglés y adaptación propias