12/01 - Taciana la Mártir de Roma


Santa Taciana goza de un amplísimo culto y reconocimiento entre los cristianos orientales; mientras que es mucho menos conocida por los occidentales, pese a que su martirio la sitúa en Roma.


Su passio data del siglo VII y nos dice que Taciana vivió en tiempos de Alejandro Severo; quien, siendo joven todavía al acceder al poder -16 años- delegó muchos asuntos en su ministro Ulpiano, quien desató una feroz persecución contra los cristianos. Ella era hija de la ilustre familia de los Taci –de ahí su nombre- y su padre había sido elegido cónsul por tres veces. Él la había educado a la fe cristiana y, al hacerse adulta, la joven se convirtió en diaconisa, desempeñando este papel en el seno de su comunidad hasta que fue delatada y arrestada.


Fue conducida ante una imagen del dios Apolo, ante la cual la conminaron a que hiciese un sacrificio a la divinidad. Ella no sólo se negó sino que además escupió directamente hacia la estatua, lo que propició que le aplicasen un cruel castigo: le arrancaron los ojos con un garfio de hierro. Taciana sufrió con paciencia el tormento y dijo que, si bien ella había perdido sus ojos corporales; eran ellos los que estaban ciegos y rogaba a Dios para que les abriera sus ojos espirituales. Tras esto, la arrojaron a un calabozo.


Otro día fue llamada a presencia del tribunal, pero ella siguió resistiéndose a sacrificar al dios. Por ello, fue desnudada y azotada públicamente, pero no lograron doblegarla. Le desgarraron el cuerpo con cuchillas, y tras esto, la tendieron en el suelo y la volvieron a golpear, turnándose los verdugos cuando se cansaban. Como se desmayara sin haber pronunciado una sola palabra de arrepentimiento o súplica, nuevamente la dejaron en su celda.


El tercer día que compareció ante las autoridades; se quiso que sacrificase a la diosa Diana. Ante su sorpresa, ella sonrió y se dejó conducir mansamente al templo, pero apenas estuvo ante la imagen de la diosa; trazó ante ella la señal de la Cruz y empezó a rezar en voz alta, tras lo cual la estatua se hizo pedazos. Furiosos y asustados ante lo que interpretaron como brujería, la colgaron del techo y le arrancaron la piel con clavos de hierro. Luego, le amputaron los dos pechos y la abandonaron de nuevo en la mazmorra.


El cuarto día, estando de nuevo ante el tribunal, Taciana ni siquiera se dignó a responder a las preguntas que le hacían. Molestos, la arrojaron a un foso con un león, que no la atacó. Ante esto, persuadidos de que era una bruja, le raparon la cabeza y la revolcaron desnuda en un lecho de brasas. No contentos con esto, la encerraron durante días en el templo de Júpiter, pero cuando fueron a buscarla, la encontraron de rodillas sobre los restos destrozados de la imagen del dios, rezando y sonriendo.


Harto ya de ella, el mismo Ulpiano mandó encender una hoguera y, agarrándola de los cabellos, la tiró él mismo dentro de las llamas; pero éstas no se cebaron en ella. Furioso, mandó decapitarla inmediatamente, y con ella a su padre, mientras una voz del cielo los felicitaba por su valor y les daba la bienvenida al Paraíso.


La Santa se volvió muy popular y fue venerada en Roma desde el siglo VII, cuando se populariza su passio, hasta el siglo XV, momento en que es destruida su iglesia del Quirinal y su culto parece diluirse hasta esfumarse, salvo algunas esporádicas representaciones artísticas. Entre los cristianos orientales, como ya adelantaba al inicio del presente artículo, el culto de esta Santa siempre ha sido muy rico y destacado. Aunque no goza del título prestigioso de Gran Mártir, hasta día de hoy se la sigue celebrando y no son pocas las mujeres que reciben el nombre de Taciana, especialmente popular entre las mujeres rusas. Para muestra, un botón: una de las hijas del zar Nicolás II, la Gran Duquesa Tatiana Nikoláyevna Romanóva; canonizada junto a sus familiares por la Iglesia Rusa debido a la ejecución sufrida durante la Revolución Rusa, llevaba el nombre de nuestra Santa de hoy.


Sus reliquias se encuentran dispersadas por Rusia y Rumanía. Los iconos rusos siempre la representan como una joven de impresionante belleza; enarbolando la cruz del martirio y el atuendo de diaconisa, además de en ocasiones un texto con su profesión de fe.


Meldelen



Fuente: preguntasantoral

Adaptación propia