San Bretanión de Tomis, también conocido como Brettanio, Bretanio o Vetranion, es el cuarto obispo conocido de la ciudad, situada en la costa del Mar Negro (Evángelico parece ser el primero, 295-300), y desde los tiempos antiguos se celebra el 25 de enero (Acta Sanctorum januarii, tom III, París 1873, p. 235).
Era originario de Capadocia, donde había nacido en una familia cristiana. No se sabe cómo llegó a ser obispo de Tomis, pero él ya estaba en su ministerio en el 369, cuando Valente (364-378) lo conoció personalmente durante su camino a Noviodunum, donde el emperador cerró un armisticio con los godos. Valente se detuvo en Tomis y visitó la catedral de la ciudad, que era la capital de Escitia Menor, momento en el que se reunió con el obispo y trató de imponerle las creencias arrianas.
El historiador Sozomeno (Historia Eclesiástica 6,21, Migne, PG 67, 1343-1345) habla de este episodio: “Se dice que… los escitas estaban adheridos con firmeza a su fe. Hay en este país un gran número de ciudades, pueblos y fortalezas. La metrópolis se llama Tomi, es una ciudad grande y populosa y se encuentra en la orilla del mar a la izquierda, con una salida al mar, llamado el Euxino. De acuerdo con una antigua costumbre que aún prevalece, todas las iglesias de todo el país estaban bajo la potestad de un obispo. Vetranio gobernó sobre estas iglesias en la época en que el emperador visitó Tomi. Valente se dirigió a la iglesia y se esforzó, según su costumbre, en ganar al obispo para la herejía de Arrio, pero este último opuso valientemente sus argumentos y después de una valiente defensa de la doctrina de Nicea, abandonó al emperador y se marchó a otra iglesia, a donde fue seguido por el pueblo. Casi toda la ciudad se había congregado para ver al emperador, por lo que esperaban que el resultado de esta entrevista con el obispo sería extraordinario. Valente se sintió extremadamente ofendido por haber sido dejado solo en la iglesia con sus asistentes y resentido, condenó a Vetranio al destierro. Sin embargo, no mucho tiempo después, se acordó de él ya que, según creo, detuvo una insurrección, porque los escitas se sintieron ofendidos por la ausencia de su obispo. Sabía muy bien que los escitas eran un pueblo valiente, y que su país, por su situación geográfica, poseía muchas ventajas naturales que eran necesarias al Imperio Romano, ya que sirve como una barrera para protegerse de los bárbaros. Así que la intención del gobernante fue abiertamente frustrada por Vetranio. Los propios escitas testifican que él era bueno en todos los aspectos y eminente por la virtud de su vida”. Teodoreto de Ciro cuenta lo mismo en su Historia Eclesiástica (IV, 35).
El obispo podría ser el autor de una carta conocida como Acta Martirial de San Sabas de Buzau (Savas el Godo) escrita en abril de 372; San Sabas murió como mártir a manos de los godos en el año 372, en una región situada al norte del Danubio. San Basilio de Cesarea preguntó a Iunius Sorano, el jefe de Escitia Menor, por las reliquias del Santo, que probablemente permanecieron por un tiempo en Tomis en su camino hacia Capadocia. De todos modos hay algunas voces que niegan la posible paternidad tomitana de este texto, porque estaría escrito «por la voluntad de un presbiterio», que sería un compañero situado en los territorios del norte: en toda Escitia había sólo un obispo, como cita a continuación. Además, existe una hipótesis que afirma que Bretanión sería el receptor de las cartas de agradecimiento de San Basilio (no. 164 y 165) por el transporte de estas reliquias, pero las evidencias (mencionadas por Ascolios de Salónica) son contrarias a esta hipótesis.
San Bretanión murió probablemente el 25 de enero, que es cuando se conmemora y tuvo como sucesor al obispo Geroncio, también conocido como Terencio o Terennius, que participó en el Segundo Concilio Ecuménico de Constantinopla (381). Actualmente se celebra en la Iglesia Rumana en esta fecha y hay un monasterio dedicado a él en la aldea «23 de agosto» cerca de Constanţa.
Fuente: preguntasantoral