06/02 - Búcolo, Obispo de Esmirna


San Búcolo fue desde muy temprada edad templo del Espíritu Santo y discípulo de San Juan el Teólogo, quien le nombró primer obispo de Esmirna, sede fundada por el mismo San Juan, que por mandato de la iglesia tenía toda Asia Menor bajo su jurisdicción.


Ejerció este ministerio con celo y sirvió a la iglesia con abnegación, afrontando heroicamente su martirio. Realmente fue un Padre Espiritual para todos los cristianos, enseñando el Evangelio en épocas de persecución y peligros. Ante la muchedumbre idolatra, se comportaba con prudencia y con maravilloso amor, teniendo cuidado de no irritar a las personas y, si era posible, atraerlas a la fe cristiana. De hecho, se dice que atrajo a más personas a Cristo que cualquier otro misionero de la era apostólica.


Tal vez fue durante su episcopado cuando el apóstol Juan envió una carta a la Iglesia de Esmirna en el nombre del Señor, que está registrada en Apocalipsis 2: 8-11.


Los himnos litúrgicos que recuerdan la memoria de este santo resaltan su fe sincera, su pureza de espíritu y su gran humildad.


Según San José, el himnógrafo, que escribió el canon para su oficio divino, el santo obispo predicó correctamente sobre el Logos de Dios y liberó a muchas personas de la locura del hereje Marción.


Poco antes de partir de esta vida efímera, el Santo ordenó como sucesor suyo al Hieromártir Policarpo, y después se durmió pacíficamente en el Señor. En el martirologio se hace referencia a que, nada más ser enterrado el venerado cuerpo San Búcolo, creció por la acción milagrosa de Dios un árbol en el lugar de su tumba que obraba curaciones a los creyentes.


Hoy en día una parte de sus reliquias puede ser venerada en el Monasterio de San Teodosio en Argo, y aún existe en Esmirna una iglesia en funcionamiento dedicada a él.



Fuente: goarch.org / laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com

Traducción del inglés y adaptación propias