Ricardo fue un noble de Wessex (Inglaterra) casado con Santa Wunna, tenida como hermana de San Bonifacio. Habría sido desconocido de no ser por sus tres hijos, que fueron los célebres Santa Walburgis, San Willibaldo y San Wunibaldo.
En 720 Ricardo peregrinó junto a sus hijos a Roma para venerar las sagradas reliquias de los santos apóstoles y conocer al papa San Gregorio II, pero Ricardo no llegó a la Ciudad Eterna, pues al pasar por Lucca enfermó y falleció. Fue sepultado en la iglesia de San Frediano.
Sus hijos siguieron camino y se convirtieron en los grandes apóstoles que conocemos, lo cual hizo más venerado a su padre allá en Lucca. Numerosos milagros se cuentan ocurrían en su sepulcro, cosa que hizo surgir una tradición que le hizo un poderoso rey de toda Inglaterra, muy humilde, orante y penitente.
En el siglo XII se trasladaron algunas reliquias del santo a Eichstätt (Alemania), siempre por la devoción a sus hijos, personajes importantes y populares en el norte de Europa. Precisamente de esta ciudad fue su hijo Willibaldo el primer obispo. Otras reliquias se veneran en Neumarkt.
La "Vita" se escribió en el monasterio de Heidenheim, por una monja mística y profetisa, por lo cual también esta "vita" era tenida como cosa divina.
Fuente: religionenlibertad.com
Adaptación propia