28/03 - Hilarión el Nuevo


El santo Hilarión que conmemoramos hoy es llamado «el joven», para distinguirlo de otros santos del mismo nombre que también han sido monjes: San Hilarión de Gaza, abad, y San Hilarión, abad y presbítero, con quien es más fácil confundirlo porque pertenece al mismo contexto histórico, el de la persecución iconoclasta.


De este Hilarión no ha quedado la narración de una «Vita», sino que prácticamente todos los testimonios que tenemos acerca de él son litúrgicos: antífonas, lecturas del sinaxario, y sobre todo un largo poema escrito por san José el Himnógrafo, que, aunque vivió un siglo después, fue también víctima de la persecución iconoclasta.


El poema tiene la curiosidad de que es un acróstico, donde cada estrofa (de cuatro versos), en griego, comienza con una de las letras de la frase: «Cantaré tus gozosas costumbres, Padre - José»; en griego como en latín, «gozosas» se puede decir con la palabra "hilaris", por lo que el himnógrafo aprovecha para aludir al nombre del santo.


El contenido del poema, así como de las antífonas y noticias de los sinaxarios, es panegírico más que biográfico; insisten en la pureza de vida de Hilario, que desde joven ingresó a la vida monástica y fue creciendo en la lucha cuerpo a cuerpo contra las tentaciones; cargó sobre sus hombros la cruz de Cristo, y de tal modo se hizo acepto a Dios, que este lo dotó con el don de curaciones, y de expulsar al demonio. Dio la vista a un ciego, el andar a un cojo, fortaleza a un hombre débil, y realizó muchos milagros semejantes, de tal modo que era estimado por el pueblo. A través de sus oraciones, hizo que lloviese durante una sequía y, como el profeta Eliseo, separó las aguas de un río, expulsó de los campos a las bestias dañinas, llenó las redes de pescadores cuando no tuvieron éxito en la pesca, entre muchos otros milagros.


Posiblemente su vida se desarrolló a mediados del siglo VIII, en tiempo de León el Isáurico, y a pesar de las persecuciones a las que eran sometidos los monjes que veneraban imágenes en aquellos tiempos, prefirió la vejaciones a renegar de la fe: como Abad del Monasterio de Pelecete en Asia Menor (que se cree estaba en Bitinia, no lejos de Frigia), sufrió mucho de manos de los iconoclastas, y reposó en el año 754.


No sabemos más detalles concretos de su cornología, y ni siquiera la ubicación exacta del monasterio de Pelecete, al que perteneció.



Fuente: eltestigofiel.org / goarch.org / laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com

Traducción del inglés y adaptación propias