(No hay imagen disponible del Santo)
San Farmutio vivió a principios del siglo IV, y era un anacoreta del desierto en Egipto a quien el joven San Juan del Pozo (30 de marzo) se dirigió por primera vez para recibir la bendición para adentrarse más en el desierto a rezar.
Mientras Juan iba de camino, se encontró con un pozo profundo y seco lleno de escorpiones, serpientes y otros reptiles, y al entrar en él oró. Allí permaneció inicialmente durante cuarenta días, sostenido con la comida enviada por un Ángel del Señor a Farmutio, quien se la entregaba al Santo. El pan era enviado a Farmutio cuando Juan era joven, para proteger al joven de caer en el orgullo.
Esto duró unos años, hasta que el diablo engañó a Farmutio para que fuera a tentar a Juan con palabras que le hicieran salir del pozo. Juan hizo que el anciano comprendiese su engaño y lo hizo regresar a su celda, donde vivió el resto de sus días en el Señor y descansó en paz.
Fuente: laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
Adaptación propia