12/04 - Antusa la Justa de Constantinopla


La princesa Antusa nacio hacia el 750 en Constantinopla y quedó bien pronto huérfana de madre (la emperatriz Irene), permaneciendo junto a su hermano gemelo León en la corte del impío padre, el Emperador de Oriente Constantino V Coprónimo. Recibió el nombre de Antusa en homenaje a la santa homónima de la Honoríada, venerada el 27 de julio, fundadora de monasterios masculinos y femeninos, que, perseguida en la cuestión iconoclasta, había después vaticinado el éxito del difícil embarazo gemelar de la Emperatriz.


Costantino V Copronimo (718-775), emperador de Oriente del 741 al 775, hijo de León III Isáurico, ya desde el inicio de su reinado reavivó el prestigio imperial, al reconquistar Constantinopla del usurpador Artavasde, camarlengo de su padre; combatió a los árabes y salvó a Constantinopla, la capital, atacada por los búlgaros, venciéndolos en el 755 en Anchialo; tuvo también éxitos sobre los eslavos. En Occidente las cosas no fueron bien: perdió en el 751, por obra de los Longobardos, el exarcado de Ravena; las intervenciones posteriores del rey Pipino y de Carlomagno, le hicieron cambiar sus proyectos de reconquista de la península itálica, y a la vez las disidencias religiosas con el papado provocaron la ruptura con Roma. Si al interior del Imperio, su política administrativa trajo como fruto una auténtica prosperidad de la monarquía, desde otro punto de vista la cuestión de la iconoclastia turbó profundamente el reinado. El Concilio de Hieria del 754 condenó el culto de las imágenes, y el Emperador puso en obra las deliberaciones con un rigor, que después del 765 tuvo carácter de persecución. Los monjes se vieron afectados más que otros y esto llevó a que Constantino V recibiera de los opositores apodos insultantes (Copronymos, de kópros: estiércol, excremento).


Antusa no compartía las posiciones del padre y, renunciando al matrimonio, dedicó su vida al servicio de Cristo; cuando en el 775 Constantino V murió y fue sucedido por el otro hijo y hermano de Antusa con el nombre de León IV, la princesa distribuyó sus riquezas entre los pobres, restaurando iglesias, edificando monasterios y rescatando esclavos.


Cuando también León IV murió, en el 780, su mujer Irene llegó a ser regente por el hijo menor de edad Constantino VI, y ofreció a la cuñada Antusa asociarse en el gobierno del Imperio. Pero Antusa era toda de Dios y prefirió rehusar, continuando con sus obras de caridad, ocupándose sobre todo de las viudas y de los huérfanos, proveyéndoles educación a sus expensas. Como vivía en el palacio, vestía ropa acorde con su posición como hija del emperador, pero debajo de sus galas llevaba una gruesa prenda de cilicio. Como asceta en el palacio, tenía una dieta estricta y solo bebía agua.


Deseando una vida de ascetismo solitario, en 784 Antusa ingresó al Monasterio de Santa Eutimia y recibió la tonsura monástica de San Tarasio, el Patriarca de Constantinopla (25 de febrero). Allí pasó sus últimos años y fue un ejemplo de humildad para las otras monjas. Hacía un trabajo duro, limpiaba la iglesia y llevaba agua. Nunca se sentaba a la mesa durante las comidas, sino que servía a las hermanas. Se aseguraba de que nadie saliera del monasterio necesitado.


Murió con casi 52 años, en el 801 (u 808, u 809); la tradición bizantina la considera mártir.



Fuente: eltestigofiel.org / laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com

Adaptación propia