De dónde procedía San Teraponte no lo conocemos con seguridad. Según algunos, venía del Oriente, de "Eoas" como señala San Andrés de Creta, y según los chipriotas era “del país de los alamanos”.
La fecha exacta de su nacimiento es totalmente desconocida. La información proporcionada por distintos sinaxarios, como por ejemplo sus acciones contra las distintas herejías monofisistas e iconoclastas, nos permite concluir que San Teraponte vivió en el s. VII o o principios del VIII d.C., pero no después del año 740 d.C., fecha de la dormición San Andrés de Creta.
Probablemente al final de su vida, San Andrés expresó unas grandes palabras de alabanza mediante un encomio en honor a San Teraponte.
Nuestra hagiografía dice que pertenecía a la clase de los monjes que realmente renunciaban a su propia voluntad y llevaban con placer la Cruz del Señor.
La tradición dice que Teraponte vivió un tiempo en Jerusalén y luego se convirtió en Obispo de Citio en Chipre. Allí siguió realizando milagros y conduciendo al pueblo hasta que fue martirizado asesinado por piratas árabes mientras celebraba la Divina Liturgia, sobre la Santa Mesa.
El Santo se le apareció posteriormente al sacristán de esa iglesia y le dijo que los musulmanes atacarían Chipre, y le ordenó que llevara sus reliquias a Constantinopla. Entonces sus veneradas reliquias fueron transferidas a Constantinopla en el año 806. Cuando el barco navegaba hacia Constantinopla, un miro fragante comenzó a fluir de la reliquia, y los viajeros del barco fueron salvados milagrosamente durante una tormenta por sus oraciones a San Teraponte.
Al llegar a Constantinopla, inicialmente las reliquias fueron llevadas al templo de la Madre de Dios de las Blanquernas. Luego a una iglesia que lleva su nombre. Hoy en día, dentro de los muros de Constantinopla hay una pequeña capilla-santuario de donde brota miro y agua bendita ("hagiasma") y se realizan milagros a todos los que le invocan con fe sincera. Es conocido como el "Hagiasma" de San Teraponte en el Muro de Seraglio, cerca de Pasha Kapusi, donde dos veces por semana, los lunes y los viernes, los fieles se reúnen para rezar (incluidos muchos musulmanes), encender velas y buscar curaciones.
Uno de los muchos milagros de San Teraponte es el siguiente: cuando estaba en Jerusalén, se encontró con una mujer hebrea llorando desconsoladamente diciendo que iba a enterrar a su hijo muerto. Tan pronto como la vio el Santo, sintió compasión de ella y, orando al Señor, resucitó a su hijo. Después de eso, madre e hijo, después de dar las gracias a Dios y a San Teraponte, fueron bautizados.
Las Santas Reliquias de San Teraponte se guardan en Monasterio de Zoografo en el Monte Ato, en la Iglesia San Teraponte de Atenas y en la Iglesia con su nombre de Mitilene.
El oficio del Santo fue escrito por San Nicodemo el Atonita y fue actualizado en 1785 por el Archidiácono Agapio de Paro.
Fuente: laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
Adaptación propia