San Emiliano, mártir, fue un soldado del ejército romano en el Danubio, que vivió en el siglo IV y que sirvió durante el reinado de Juliano el Apóstata (361-363) en Durostoro (la actual Silistra, en Bulgaria).
El martirio de San Emiliano, que se ha conservado en una versión latina (Martyrium Sancti Aemiliani Auctore amonymo. Ex codex ms Pervetusto Vaticano num 866 (de 1725), ed P. Boschius, publicado en: Acta Sanctorum Julli, T. IV, París y Roma, 1868, pp 370-377, bajo el título: «D.S. Aemiliano – Martyre Dorostoli in Mysia. Commentarius praevius») y uno griego (publicado por el P. Halkin, “Martyr Emilien the Durostorum sous Julien”en: «Analecta Bollandiana», 90 (1972), fasc. 1-2, pp 27-35, siguiendo el Codex Parisinus (P) 1111 y el Codex Marcianus (M) 360 de Venecia). La época del martirio en sí mismo, descrito probablemente por primera vez en latín, es desconocida, pero es posible que este texto pudiera haber sido compuesto en el siglo IV, poco después de la quema de San Emiliano, que es después del año 362.
San Emiliano fue un militar (probablemente de la Legión XI Capitolina), que venía de una familia noble, pues su padre era Sabbatianus, el jefe de la ciudad de Durostoro. Su martirio llegó en medio de las políticas anti-cristianas de Juliano el Apóstata, que emitió en su cuarto año del consulado un edicto que prohibía el cristianismo en todo el Imperio Romano.
El prefecto Capitolino de Tracia, en algunas otras fuentes denominado como «vicario de Tracia», fue enviado por Juliano a Durostoro, con el fin de investigar si había cristianos en esa ciudad situada en la frontera del Danubio. Capitolino fue allí e hizo llamar a los líderes de la ciudad, para que juraran que no había cristianos en ella. Alegrado por esta respuesta, Capitolino invitó a todos los nobles a una fiesta. Pero en esto, un soldado de la guarnición de Durostoro, llamado Emiliano, entró en el templo allí situado y golpeó con un martillo de hierro todas las estatuas de los dioses y también los candelabros, los altares y los vasos utilizados para la libación y la distribución de toda la comida del sacrificio. Después de esto, salió sin ser visto por nadie.
Un esclavo de Capitolino entró en el templo y vio los daños, por lo que de inmediato lo comunicó a su amo. Capitolino ordenó que se encontrase a la persona que lo había hecho. Los criados vieron cerca a un campesino de las montañas y lo arrestaron como «culpable», comenzando a golpearle y a atormentarle. Emiliano no estaba contento viendo a otro sufriendo por sus obras, por lo que se denunció a sí mismo, siendo detenido el 16 de julio. Inmediatamente fue llevado ante Capitolino con el fin de ser juzgado y condenado. Capitolino condenó primero a las autoridades de la ciudad a pagar una libra de oro, porque lo habían informado mal.
Durante la primera audiencia, Emiliano confesó su fe cristiana y condenó la fe pagana en dioses inanimados, hechos de piedras, a los que llamó «tontos, sordos e incapaces de hablar.» Capitolino estaba muy enojado por esa actitud y ordenó que Emiliano fuese golpeado brutalmente con un látigo de buey. Durante el segundo interrogatorio, Emiliano confesó una vez más que él era siervo de Cristo e hijo de Sabbatianus, prefecto de la ciudad de Durostoro.
Al ver la firmeza de Emiliano en la fe cristiana, Capitolino lo condenó a ser quemado vivo, y castigó a su padre con una libra de plata, por no haber cuidado de su hijo. Los funcionarios llevaron a Emiliano fuera de la ciudad, a algún lugar cercano al Danubio, donde se construyó una pira y lo echaron al fuego. El martirologio afirma que el fuego no le quemó porque Dios, con su gracia, lo mantuvo intacto. En cualquier caso, los funcionarios murieron a causa de la violencia del fuego y después, volviéndose Emiliano hacia el este, hizo la señal de la cruz y dijo: «Señor, dígnate recibir mi alma», y así murió, por lo que también fue quemado.
La esposa de Capitolino era cristiana en secreto y ella recogió las reliquias del Santo. Con la ayuda de los cristianos de Durostoro, lo sepultaron con salmos e himnos en un lugar llamado Gedina, a tres millas de distancia de Durostorum (4,5 km. en el Codex Vaticanus) o Gesidina (a tres estadios de la ciudad, que son unos 550 metros, según el Codex Parisiensis). Ambos textos mencionan un «topos», un lugar, por lo que el sitio del entierro no era ni una ciudad ni un pueblo. G. Atanasov, investigador búlgaro contemporáneo, lo identifica con el pueblo Golesh, cerca de la región de Silistra, donde estaba el castillo Adina, mencionado por Procopio de Cesarea (“Martyrium et ΑΓΙΑΣΜΟΝ dans le castel bas byzantin près du village de Golech, région de Silistra. Comunicación préliminaire”, en: Miscelánea Bulgarica 11, 1997, pp 127-136). Otro investigador (Iulian Boyanov, “Municipium Aurelium Durostorum or vicus Gavidina” en: Archaeologia Bulgarica, XIV, 2, 2010, pp 53-59) localiza Gavidinia en el actual pueblo de Ostrov en Rumania, que está a una distancia de 4,5 kilómetros, pero sin dar otra información sobre el lugar del enterramiento. Sólo una tradición búlgara establece que la primera catedral diocesana de Durostorum habría sido construida sobre la tumba del Santo.
El texto concluye indicando que el martirio de San Emiliano ocurrió el 3 de septiembre sin indicar el año. Sin embargo, el período comprendido entre la fecha de la detención (16 de julio) y de la muerte del santo (3 de septiembre) es bastante largo. El manuscrito griego y más tarde, el Sinaxarion Constantinopolitanum, dicen que San Emiliano sufrió martirio el 18 de julio del 362, el día que se celebra en los sinaxarios bizantinos y en los libros religiosos.
Otros testimonios y veneración de San Emiliano
El martirio de San Emiliano aparece también en algunos otros escritos. San Jerónimo reproduce en latín la crónica de Eusebio de Cesarea, que indica que en el año Abrahámico 2379 (362), durante el reinado de Juliano, «San Emiliano fue quemado vivo en Durostorum, por orden del vicario, ya que derribó los altares» (Jerómino, “Chronicon Eusebio-Hieronymianum” PL 27, 503-504). Su nombre se atestigua también, junto con otros mártires de Durostorum, en el “Martirologium Hieronymianum” (Acta Sanctorum Novembris, T. II, ed. JB de Rossi y L. Duchesne, Bruxelles, 1894, p XLV). La información es tomada también por Próspero de Aquitania (en su “Chronica ad annum” 362, PL 51, 580) y Teodoreto de Ciro que afirma que «En Durostorum, una importante ciudad de Tracia, Emiliano el luchador victorioso que fue dado al fuego por Capitolino, el líder de toda Tracia» (Teodoreto de Ciro, “Historia Eclesiástica”, III, 6, 5). Parece que por eso escribió también San Ambrosio de Milán en su Carta número 40 (PL, 16, 1154-115), mencionando la muerte de un mártir en tiempos del emperador Juliano el Apóstata, quien fue sentenciado a ser quemado en la hoguera por «Capitolio».
Posteriormente, el “Chronicon Paschale” escrito después del 628, toma nota de la misma información proporcionada por Próspero, añadiendo el año 363 (PG 92, 745AB), el mismo que es anotado por Teófanes el Confesor (Chronographia, PG, 108, 164A) en el siglo IX y Nicéforo Calixto (“Historia de la Iglesia”, X, 9, PL 146, 646), en los siglos XIII-XIV. Las tardías biografías eslavas de los Santos, aunque copió los textos del Synaxarium Constantinopolitanum y el Menologium Basilii II, dice que San Emiliano no era el hijo del líder local Sabbatianus, sino siervo o esclavo suyo.
Según la tradición, la primera catedral diocesana de la eparquía de Durostoro en Silistra fue erigida sobre la tumba del mártir en el año 870, poco después de la conversión de los búlgaros a la fe cristiana. Pero el cronista bizantino Georgios Kedrenos informa que durante el reinado de Basilio I el Macedonio (867-886) las reliquias del Santo estaban en Constantinopla. El himnógrafo José (+886), que escribió su servicio litúrgico, dice que sus reliquias realizaban milagros y desprendían miro.
Actualmente, parte de las reliquias de San Emiliano se conservan en la Catedral Metropolitana de la diócesis de Durostorum/Silistra (Bulgaria), otras en varias iglesias y monasterios en Rumania, como la iglesia del «Nacimiento de la Virgen» en Drumul Taberei, Bucarest (desde 2008), en la Catedral diocesana de «la Ascensión» de Slobozia (sur de Rumanía), en la iglesia del monasterio Sihla en el condado de Neamt y en el monasterio Ciolpani (Bacau); esta última capilla está bajo la protección de San Emiliano.
Mitrut Popoiu
Fuente: preguntasantoral
Adaptación propia