Nació en Ancira de Galacia (la actual Ankara de Turquía) de padres cristianos en el siglo III.
Habiéndose iniciado una de las tantas persecuciones, fue apresado por su fe, y llevado ante el gobernador Agripino. Este le amenzazó con terribles torturas si no apostaba de la fe cristiana y sacrificaba a los dioses, como mandaba la ley. Pero Platón le respondió que no temía a la muerte temporal a causa de Cristo, el cual le privaría de la muerte eterna.
Agripino mandó que le pusieran sobre plomo ardiendo, lo cual el santo soportó con entereza. Un verdugo se permitió ironizar sobre su "estupidez", siendo que se llamaba igual que el sabio filósofo. El santo respondió: "Nada hay entre Platón y yo, excepto que tenemos el mismo nombre, pues yo soy un discípulo de Cristo, del cual obtuve la sabiduría que tengo, mientras que el otro Platón enseñó una sabiduría que es necedad para con Dios". Entonces fue devuelto a la prisión hecho una llaga. Allí permaneció 18 días sin comer ni beber nada. Cuando los carceleros se mostraron asombrados por esto, Platón les dijo "Me alimento través de la oración".
Finalmente Platón fue decapitado entre los años 266 y 306.
LECTURAS
2 Tim 2,1-10: Hijo mío, Timoteo, hazte fuerte en la gracia de Cristo Jesús, y lo que has oído de mí, a través de muchos testigos, esto mismo confíalo a hombres fieles, capaces, a su vez, de enseñar a otros. Toma parte en los padecimientos como buen soldado de Cristo Jesús. Nadie, mientras sirve en el ejército, se enreda en las normales ocupaciones de la vida; así agrada al que lo alistó en sus filas. Tampoco el atleta recibe la corona si no lucha conforme a las reglas. El labrador que se afana con fatiga tiene que ser el primero en participar de los frutos. Reflexiona lo que digo, pues el Señor te dará inteligencia para que lo comprendas todo. Acuérdate de Jesucristo, resucitado de entre los muertos, nacido del linaje de David, según mi evangelio, por el que padezco hasta llevar cadenas, como un malhechor; pero la palabra de Dios no está encadenada. Por eso lo aguanto todo por los elegidos, para que ellos también alcancen la salvación y la gloria eterna en Cristo Jesús.
Fuente: religionenlibertad.com / Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española
Adaptación propia