31/03 - El Santo Hieromártir Hipacio, Obispo de Gangra


La escueta noticia del Martirologio nos hace comprender que de san Hipacio se sabe muy poco, y eso poco se condensa en apenas una línea. Ciertamente se puede aceptar la existencia histórica de un san Hipacio, obispo de Gangra, ciudad de Paflagonia, histórica región de Asia Menor en torno al Mar Negro y provincia romana en el tercer siglo.


Según la «Vita», Hipacio habría sucedido al obispo de Gangra Atanasio en el siglo cuarto, y sus actividades pastorales se habrían puesto de manifiesto en la dura lucha contra los paganos, en la destrucción de templos, fundación de ermitas, construcción de iglesias y el establecimiento de un hospicio abierto a todos. Fue escritor de obras espirituales, incluyendo una interpretación de los «Proverbios de Salomón», que dedicó a la piadosa Gaiana, una de sus cooperadoras en las obras de caridad. En los sinaxarios bizantinos afirman que asistió al Concilio de Nicea (325) y su nombre también se encuentra en la lista de participantes en el Concilio de Gangra (340). También se le atribuye (como a tantos otros santos) un legendario episodio en el que da muerte a un dragón, lo que es luego un rico motivo iconográfioco, como puede verse en la estampa que acompaña a este escrito.


En un año imprecisado, en algún momento del siglo IV, pero después del 340, fue atacado y apedreado por herejes novacianos, escondidos en un barranco cerca de Luciana. Los novacianos eran seguidores de la doctrina del obispo cismático Novaciano, del siglo III, que representaba una corriente de rigurorismo exagerado en cuestiones disciplinares y penitenciales, especialmente en relación con los «relapsi», es decir, los cristianos que durante la persecución habían negado la fe para evitar el martirio, y que pasada la misma querían volver a ser admitidos como cristianos. Distintos corrientes rigoristas que se oponían a la admisión de los «relapsi» se hallaban extendidos por todo el vasto Imperio Romano, y constituían importantes iglesias. 


Los cismáticos, decíamos, se abalanzaron sobre él en un lugar desolado. Lo atravesaron con espadas y lanzas y lo arrojaron a un pantano. Al igual que el Protomártir Esteban, San Hipacio oró por sus asesinos. Una mujer arriana golpeó al Santo en la cabeza con una piedra y lo mató. Los asesinos escondieron su cuerpo en una cueva, donde un cristiano que allí guardaba cebada encontraría posteriormente su cuerpo. Reconociendo el cuerpo del obispo, se apresuró a ir a la ciudad para informar sobre esto, y los habitantes de Gangra enterraron piadosamente a su amado pastor.


Después de su muerte, las reliquias de San Hipacio fueron famosas por numerosos milagros, particularmente por expulsar demonios y por curar a los enfermos. Se pueden encontrar partes de sus reliquias en varios lugares, incluidos el Monasterio de los Iberos en el Monte Ato y el Monasterio del Profeta Elías en Zacole de Corinto.


Se construyó una gran iglesia en su honor en Gangra, donde descansaban sus reliquias, pero fue destruida por los turcos en 1922. En 1975 se construyó una nueva iglesia en su honor en el pueblo de Antígono en Florina, Grecia, por refugiados que habían venido de Gangra en 1922 y allí colocaron el icono del Santo que estaba en su antigua iglesia.


Desde hace muchos siglos el hieromártir Hipacio fue particularmente venerado en la tierra rusa. Así, en el año 1330, se construyó el monasterio de Ipatiev en Kostroma, en el lugar donde se aparecieron la Madre de Dios con el Niño Jesús preeterno, el apóstol Felipe y el hieromártir Hipacio, obispo de Gangra. Este monasterio más tarde ocupó un lugar significativo en la vida espiritual y social de la nación, particularmente durante el "Tiempo de los Problemas".  Las antiguas copias de la Vida de San Hipacio se distribuyeron ampliamente en la literatura rusa, y una de ellas se incorporó al "Mensual de Lectura" del Metropolita Macario (1542-1564). En esta su Vida se cuenta la aparición del Salvador a San Hipacio en vísperas de la muerte del mártir. El apartado para la conmemoración del Santo Hieromártir Hipacio consiste en su vida, algunas oraciones y palabras de alabanza e instrucción. La piadosa veneración de San Hipacio también fue expresada en composiciones litúrgicas rusas. Durante el siglo XIX se escribió un nuevo oficio para el Hieromártir, distinto de los servicios escritos por San José el Estudita, contenido en el "Meneo" o libro de textos litúrgicos propios de marzo.



Fuente: eltestigofiel.org / laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com

Adaptación propia