Miércoles de la I Semana de Cuaresma (Miércoles Puro). Lecturas


En la Hora Sexta


Is 2,3-11: Así dice el Señor: «De Sión saldrá la ley, la palabra del Señor de Jerusalén». Juzgará entre las naciones, será árbitro de pueblos numerosos. De las espadas forjarán arados, de las lanzas, podaderas. No alzará la espada pueblo contra pueblo, no se adiestrarán para la guerra. Casa de Jacob, venid; caminemos a la luz del Señor. Has rechazado a tu pueblo, a la casa de Jacob. Porque están llenos de adivinos de Oriente y de agoreros, como los filisteos, y pactan con extranjeros. Llena está su tierra de plata y oro, no hay límite para sus tesoros; su país está lleno de caballos, no hay límite para sus carros; su país está lleno de ídolos, y se postran ante las obras de sus manos, que fabricaron sus dedos. Pues será doblegado el mortal, será humillado el hombre. ¡No los perdones! Métete en las peñas, ocúltate en el polvo, ante el terror del Señor y ante la gloria de su majestad. Los ojos orgullosos serán humillados, será doblegada la arrogancia humana; solo el Señor será exaltado en aquel día.


En Vísperas


Gén 1,24-31;2,1-3: Dijo Dios: «Produzca la tierra seres vivientes según sus especies: ganados, reptiles y fieras según sus especies». Y así fue. E hizo Dios las fieras según sus especies, los ganados según sus especies y los reptiles según sus especies. Y vio Dios que era bueno. Dijo Dios: «Hagamos al hombre a nuestra imagen y semejanza; que domine los peces del mar, las aves del cielo, los ganados y los reptiles de la tierra». Y creó Dios al hombre a su imagen, a imagen de Dios lo creó, varón y mujer los creó. Dios los bendijo; y les dijo Dios: «Sed fecundos y multiplicaos, llenad la tierra y sometedla; dominad los peces del mar, las aves del cielo y todos los animales que se mueven sobre la tierra». Y dijo Dios: «Mirad, os entrego todas las hierbas que engendran semilla sobre la superficie de la tierra y todos los árboles frutales que engendran semilla: os servirán de alimento. Y la hierba verde servirá de alimento a todas las fieras de la tierra, a todas las aves del cielo, a todos los reptiles de la tierra y a todo ser que respira». Y así fue. Vio Dios todo lo que había hecho, y era muy bueno. Pasó una tarde, pasó una mañana: el día sexto. Así quedaron concluidos el cielo, la tierra y todo el universo. Y habiendo concluido el día séptimo la obra que había hecho, descansó el día séptimo de toda la obra que había hecho. Y bendijo Dios el día séptimo y lo consagró, porque en él descansó de toda la obra que Dios había hecho cuando creó.


Prov 2,1-23: Hijo mío, si aceptas mis palabras, si quieres conservar mis consejos, si prestas oído a la sabiduría y abres tu mente a la prudencia; si haces venir a la inteligencia y llamas junto a ti a la prudencia; si la procuras igual que el dinero y la buscas lo mismo que un tesoro, comprenderás lo que es temer al Señor y alcanzarás el conocimiento de Dios. Porque el Señor concede sabiduría, de su boca brotan saber e inteligencia; atesora acierto para el hombre recto, es escudo para el de conducta intachable; custodia la senda del honrado, guarda el camino de sus fieles. Entonces podrás comprender justicia, derecho y rectitud, el camino que lleva a la felicidad: la sabiduría penetrará en tu mente y te agradará el saber. La perspicacia cuidará de ti, la prudencia te protegerá; te librará del mal camino, del hombre perverso, que abandona la senda recta para ir por caminos tenebrosos; que goza haciendo el mal, complacido en sus perversas ideas; que va por rumbos tortuosos y sigue caminos extraviados. Te librará de la mujer extraña, de la desconocida seductora, que abandonó al amigo de su juventud y olvidó la alianza de su Dios. Su casa se ladea hacia la muerte, sus sendas hacia la tierra de las sombras. Los que entran allí no vuelven, no dan con la senda de la vida. Sigue, pues, el buen camino, imita la conducta del honrado, pues los rectos habitarán la tierra y los íntegros permanecerán en ella; pero los malvados serán arrancados, los canallas, extirpados de ella.


En Completas


Mc 11,22-26; Mt 7,7-8: Dijo el Señor: «Tened fe en Dios. En verdad os digo que si uno dice a este monte: “Quítate y arrójate al mar”, y no duda en su corazón, sino que cree en que sucederá lo que dice, lo obtendrá. Por eso os digo: todo cuanto pidáis en la oración, creed que os lo han concedido y lo obtendréis. Y cuando os pongáis a orar, perdonad lo que tengáis contra otros, para que también vuestro Padre del cielo os perdone vuestras culpas. Mas si vosotros no perdonáis, tampoco vuestro Padre que está en los cielos perdonará vuestras ofensas. Pedid y se os dará, buscad y encontraréis, llamad y se os abrirá; porque todo el que pide recibe, quien busca encuentra y al que llama se le abre».



Fuente: Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española