Miércoles de la IV Semana de Cuaresma. Lecturas


En la Hora Sexta


Is 26,21-27,9: Porque el Señor va a salir de su morada para castigar la culpa de los habitantes de la tierra: pondrá la tierra al descubierto la sangre que ha bebido y no ocultará más a sus muertos. Aquel día castigará el Señor con su espada templada, grande y fuerte, al Leviatán, serpiente huidiza, al Leviatán, serpiente tortuosa, y matará al Dragón marino. Aquel día cantaréis a la viña deliciosa: Yo, el Señor, soy su guardián. Con frecuencia la riego. Para que nadie la dañe, la vigilo noche y día. Ya no estoy enfadado. Si me diera zarzas y cardos, combatiría contra ellos, los quemaría todos juntos. Pero no se acoge a mi cuidado. ¡Que haga la paz conmigo! ¡Que conmigo haga la paz! Llegarán días en que Jacob echará raíces, Israel echará brotes y flores, y sus frutos llenarán el mundo. ¿Lo ha herido como hirió a quienes lo herían? ¿Lo ha matado como mató a quienes lo mataban? Lo has castigado expulsándolo, enviándolo lejos, lo dispersaste como un viento impetuoso del desierto. Así quedará reparada la culpa de Jacob. Y este será el fruto de que le hayan quitado su pecado: que convierta las piedras de los altares en polvo de piedra caliza y que no erija más palos sagrados en honor de Aserá, ni altares de incienso en honor del sol.


En Vísperas


Gén 9,18-29;10,1: Los hijos de Noé que salieron del arca fueron Sem, Cam y Jafet. Cam es el padre de Canaán. Estos tres son los hijos de Noé que se propagaron por toda la tierra. Noé era agricultor y fue el primero en plantar una viña. Bebió del vino, se emborrachó y quedó desnudo dentro de su tienda. Cam, padre de Canaán, vio a su padre desnudo y salió a contárselo a sus dos hermanos. Sem y Jafet tomaron el manto, se lo echaron ambos sobre sus hombros y, caminando de espaldas, taparon la desnudez de su padre; como tenían el rostro vuelto, no vieron desnudo a su padre. Cuando Noé se despertó de la borrachera y se enteró de lo que había hecho con él su hijo menor, dijo: «Maldito sea Canaán. Sea el último siervo de sus hermanos». Y añadió: «Bendito sea el Señor, Dios de Sem. Sea Canaán su siervo. El Señor haga fecundo a Jafet, y more en las tiendas de Sem y sea Canaán su siervo». Noé vivió después del diluvio trescientos cincuenta años. Noé vivió un total de novecientos cincuenta años. Estos son los descendientes de los hijos de Noé, Sem, Cam y Jafet, nacidos después del diluvio.


Prov 12,23-28;13,1-9: Hombre prudente oculta su saber, corazón necio pregona su ignorancia. Mano laboriosa se hace con el mando, mano perezosa tiene que servir. La angustia deprime el corazón, una buena palabra lo alegra. El honrado guía a su prójimo, el camino del malvado lo extravía. Cazador perezoso nada guisará, al hombre lo enriquece su trabajo. Sendero recto lleva a la vida, camino torcido conduce a la muerte. Hijo sabio ama la disciplina, hijo insolente rechaza la corrección. Hombre de bien se nutre de lo que dice, hombre malvado se alimenta de violencia. Guarda su vida quien vigila sus palabras, busca su ruina quien habla sin sentido. Anhela el perezoso y no logra nada, desea el diligente y queda satisfecho. El honrado odia la mentira, el malvado calumnia y deshonra. La rectitud protege al honrado, la maldad destruye al pecador. Hay quien se hace el rico y nada tiene, y quien pasa por pobre y tiene mucho. Al rico lo protegen sus riquezas, al pobre no le importan amenazas. La luz del honrado brilla con fuerza, la lámpara del malvado se apaga.



Fuente: Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española