Lunes de la V Semana de Mateo. Lecturas


Rom 12,4-5;15-21: Hermanos, así como en un solo cuerpo tenemos muchos miembros, y no todos los miembros cumplen la misma función, así nosotros, siendo muchos, somos un solo cuerpo en Cristo, pero cada cual existe en relación con los otros miembros. Alegraos con los que están alegres; llorad con los que lloran. Tened la misma consideración y trato unos con otros, sin pretensiones de grandeza, sino poniéndoos al nivel de la gente humilde. No os tengáis por sabios. A nadie devolváis mal por mal. Procurad lo bueno ante toda la gente. En la medida de lo posible y en lo que dependa de vosotros, manteneos en paz con todo el mundo. No os toméis la venganza por vuestra cuenta, queridos; dejad más bien lugar a la justicia, pues está escrito: Mía es la venganza, yo daré lo merecido, dice el Señor. Por el contrario, si tu enemigo tiene hambre, dale de comer; si tiene sed, dale de beber: actuando así amontonarás ascuas sobre su cabeza. No te dejes vencer por el mal, antes bien vence al mal con el bien.


Mt 12,9-13: En aquel tiempo, se dirigió Jesús a otro lugar y entró en su sinagoga. Había allí un hombre que tenía una mano paralizada. Entonces preguntaron a Jesús para poder acusarlo: «¿Está permitido curar en sábado?». Él les respondió: «Supongamos que uno de vosotros tiene una oveja y que un sábado se le cae en una zanja, ¿no la agarra y la saca? Pues, ¡cuánto más vale un hombre que una oveja! Por lo tanto, está permitido hacer bien en sábado». Entonces le dijo al hombre: «Extiende tu mano». La extendió y quedó restablecida, sana como la otra.



Fuente: Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española