1 Cor 10,5-12: Hermanos, la mayoría de nuestros padres no agradaron a Dios, pues sus cuerpos quedaron tendidos en el desierto. Estas cosas sucedieron en figura para nosotros, para que no codiciemos el mal como lo codiciaron ellos. Y para que no seáis idólatras como algunos de ellos, según está escrito: El pueblo se sentó a comer y a beber y se levantaron a divertirse. Y para que no forniquemos, como fornicaron algunos de ellos, y cayeron en un solo día veintitrés mil. Y para que no tentemos a Cristo, como lo tentaron algunos de ellos, y murieron mordidos por las serpientes. Y para que no murmuréis, como murmuraron algunos de ellos, y perecieron a manos del Exterminador. Todo esto les sucedía alegóricamente y fue escrito para escarmiento nuestro, a quienes nos ha tocado vivir en la última de las edades. Por lo tanto, el que se crea seguro, cuídese de no caer.
Mt 16,6-12: Dijo el Señor a sus discípulos: «Estad atentos y guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos». Discutían entre ellos diciendo: «Es porque no hemos cogido panes». Dándose cuenta Jesús dijo: «¡Gente de poca fe!, ¿por qué andáis discutiendo entre vosotros que no tenéis panes? ¿Aún no entendéis? ¿No os acordáis de los cinco panes para los cinco mil?, ¿cuántos cestos sobraron? ¿Ni de los siete panes para los cuatro mil?, ¿cuántas canastas sobraron? ¿Cómo no comprendéis que no me refería a los panes? Guardaos de la levadura de los fariseos y saduceos». Entonces comprendieron que no hablaba de guardarse de la levadura del pan, sino de la enseñanza de los fariseos y saduceos.
Fuente: Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española