1 Cor 16,4-12: Hermanos, si es conveniente que vaya también yo, irán conmigo. Cuando pase por Macedonia os visitaré, pues voy a ir por Macedonia; pero entre vosotros tal vez me quede, o incluso pasaré el invierno, para que me proveáis para el viaje, vaya donde vaya. Pues ahora no deseo veros de paso, porque espero quedarme con vosotros algún tiempo, si el Señor lo permite. Con todo, me quedaré en Éfeso hasta Pentecostés, pues se me ha abierto una puerta grande y favorable a la acción, aun siendo muchos los adversarios. Por otra parte, cuando llegue Timoteo, procurad que no se atemorice entre vosotros, pues trabaja en la obra del Señor como yo; que nadie lo desprecie, sino todo lo contrario: despedidlo en paz, para que venga adonde yo estoy, pues lo estoy esperando junto con los hermanos. Por lo que respecta al hermano Apolo, le he pedido encarecidamente que vaya a vosotros junto con los hermanos. Pero se ha decidido rotundamente que no vaya ahora; irá cuando sea oportuno.
Mt 21,28-32: Dijo el Señor esta parábola: «Un hombre tenía dos hijos. Se acercó al primero y le dijo: “Hijo, ve hoy a trabajar en la viña”. Él le contestó: “No quiero”. Pero después se arrepintió y fue. Se acercó al segundo y le dijo lo mismo. Él le contestó: “Voy, señor”. Pero no fue. ¿Quién de los dos cumplió la voluntad de su padre?». Contestaron: «El primero». Jesús les dijo: «En verdad os digo que los publicanos y las prostitutas van por delante de vosotros en el reino de Dios. Porque vino Juan a vosotros enseñándoos el camino de la justicia y no le creísteis; en cambio, los publicanos y prostitutas le creyeron. Y, aun después de ver esto, vosotros no os arrepentisteis ni le creísteis».
Fuente: Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española