En el siglo XIII, durante el terrible período de la invasión tártara de Rusia, la devastada provincia de Kursk se vació de habitantes y su ciudad principal, Kursk, se convirtió en un desierto. Ahora, los residentes de la ciudad de Rylsk, que se había preservado de la invasión, a menudo viajaban al sitio de Kursk para cazar bestias salvajes. Uno de los cazadores, que iba por la orilla del río Skal, que no estaba muy lejos de la ruinosa Kursk, notó que había un icono boca abajo en el suelo junto a la raíz de un árbol. El cazador lo recogió y descubrió que era un icono de la Madre de Dios del Signo, como el que estaba consagrado y venerado en la ciudad de Novgorod. En ese momento se obró el primer milagro del icono, pues apenas el cazador recogió la sagrada imagen, inmediatamente brotó con gran fuerza un manantial abundante de agua pura. Esto tuvo lugar el 8 de septiembre del año 1295.
El cazador construyó una pequeña capilla de madera y colocó allí la imagen recién manifestada de la Madre de Dios. Los residentes de Rylsk comenzaron a visitar el lugar de la manifestación de este objeto sagrado y el icono fue glorificado aún más por milagros. El Príncipe Vasily Shemyaka de Rylsk ordenó que el icono fuera llevado a la misma ciudad de Rylsk, y esto se hizo de manera solemne, porque la gente de la ciudad salió al encuentro del icono de la Madre de Dios; pero el mismo Shemyaka se negó a asistir a las festividades y por esta razón fue castigado con la ceguera. El príncipe, sin embargo, se arrepintió y de inmediato recibió sanidad. Conmovido por este milagro, Shemyaka construyó una iglesia en la ciudad de Rylsk en honor a la Natividad de la Santísima Madre de Dios, y allí se consagró el icono milagroso el 8 de septiembre, el día de su manifestación, designado como fecha de la fiesta anual.
Pero el icono desapareció de manera milagrosa y volvió al lugar original de su aparición. Los residentes de Rylsk lo llevaban continuamente de vuelta a su ciudad, pero cada vez el icono volvía a su lugar anterior. Entonces, entendiendo que la Madre de Dios se complacía en morar en el lugar de la manifestación de su imagen, finalmente la dejaron allí en paz. Innumerables peregrinaciones acudían al sitio y allí se celebraban oficios de súplica por cierto sacerdote cuyo nombre era Bogoliub que vivía en el sitio de la capilla de madera y luchaba allí en el ascetismo.
En el año 1383, la provincia de Kursk fue objeto de una nueva invasión de los tártaros. Ellos decidieron prender fuego a la capilla, pero esta se negaba a arder a pesar de que habían amontonado combustible a su alrededor, por lo que los supersticiosos bárbaros cayeron sobre el sacerdote Bogoliub, acusándolo de brujería. El piadoso sacerdote denunció su insensatez y les señaló el icono de la Madre de Dios. Los maliciosos tártaros se apoderaron del icono sagrado y lo partieron en dos, arrojando los pedazos a ambos lados. La capilla se incendió entonces y el sacerdote Bogoliub fue llevado prisionero.
En su cautiverio, el anciano amante de Dios mantuvo la Fe, poniendo su esperanza en la Santísima Madre de Dios, y su esperanza no le falló. Ahora bien, un día, mientras cuidaba rebaños y pasaba el tiempo recitando oraciones y doxologías en honor de la Madre de Dios, pasaron por allí unos emisarios del Zar de Moscú. Estos escucharon el canto y se dispusieron a rescatar al sacerdote del cautiverio, y Bogoliub pudo regresar al antiguo sitio de la capilla. Allí encontró los pedazos del icono milagroso que los tártaros habían desechado. Los recogió y enseguida se juntaronde manera milagrosa, aunque permanecieron los signos de la rotura. Al enterarse de este milagro, los habitantes de Rylsk dieron gloria a Dios y Su purísima Madre. De nuevo intentaron trasladar el santo icono a su ciudad, pero una vez más la imagen milagrosa volvió a su lugar anterior. Luego se construyó una nueva capilla en el sitio original de la aparición del icono y allí permaneció durante unos 200 años.
La ciudad de Kursk fue revivida en el año 1597 por orden de Teodoro Ivánovich de Moscú. Este piadoso Zar, que había oído hablar de los milagros del icono, expresó su deseo de contemplarlo, y en Moscú el icono fue recibido con gran solemnidad. La Zarina, Irene, adornó el santo icono con una preciosa ‘riza’. Por orden del Zar, el icono se colocó en un marco de plata dorada en el que se representaba al Señor de los Ejércitos y los profetas con rollos en sus manos. Posteriormente se devolvió el icono y, con la estrecha cooperación del zar, se fundó un monasterio en el lugar de la capilla. Se construyó una iglesia dedicada a la Fuente Vivificante sobre el mismo manantial que había aparecido cuando se reveló el icono por primera vez y el monasterio adjunto se llamó Eremitorio de la Raíz de Kursk en honor a la manifestación del icono en la raíz del árbol.
Durante una invasión de los tártaros de Crimea, el icono fue trasladado a la iglesia catedral de Kursk y se dejó una copia exacta en el Eremitorio. El zar Borís Godunov otorgó muchos regalos preciosos para el adorno del icono, e incluso el pretendiente al trono, el falso Dimitry, que deseaba llamar la atención y ganarse el apoyo de los que vivían en las cercanías de Kursk, veneró este icono y lo colocó en las mansiones reales, donde permaneció hasta el año 1615.
Mientras el icono estuvo ausente de la ciudad de Kursk, la ayuda de la Madre de Dios, portadora de la gracia, no abandonó esa ciudad, porque cuando en el año 1612 los polacos la sitiaron, algunos de sus ciudadanos vieron a la Madre de Dios y dos monjes radiantes sobre la ciudad. Algunos polacos capturados relataron que ellos también habían visto a una mujer y dos hombres radiantes en las murallas de la ciudad, y que esta mujer hizo gestos amenazantes a los que dirigían el asedio. Luego, los ciudadanos hicieron el voto de construir un monasterio en honor de la Santísima Madre de Dios y colocar allí el icono milagroso. Los sitiadores fueron rápidamente puestos a la fuga y, en agradecimiento a su ayudante celestial, la gente de Kursk construyó un monasterio en honor a la santísima Theotokos del Signo.
En 1676, el icono de la Madre de Dios del Signo fue llevado al río Don para bendecir a las fuerzas de los cosacos del Don. En 1684, los soberanos y grandes príncipes Iván y Pedro Alexievich enviaron al Monasterio de la Raíz una copia del icono milagroso de la Santa Madre de Dios del Signo. Esta copia se colocó en un marco de plata dorada y se ordenó que se llevara dondequiera que los guerreros rusos fueran a la batalla.
En el año 1812, la Sociedad Cívica de Kursk envió al General Kutuzov una copia del icono milagroso de Kursk, engastándolo en un marco de plata dorada. El comandante expresó su gratitud a los ciudadanos de Kursk y a su creencia de que la ciudad permanecería libre gracias a la protección de la Reina del Cielo.
En marzo de 1898, un grupo de anarquistas, deseando socavar la fe de la gente en el poder milagroso del icono, decidió destruirlo. Colocaron una bomba de relojería en la Catedral del Signo, y a las dos de la mañana una horrenda explosión rasgó el aire y todos los muros del monasterio se estremecieron. Los monjes, asustados, corrieron inmediatamente a la catedral, donde contemplaron una escena de horrible devastación. La fuerza de la explosión había destrozado el dosel dorado sobre el icono. La pesada base de mármol, construida con varios escalones macizos, había sido arrancada de su posición y partida en varios pedazos. Un enorme candelabro de metal que se encontraba frente al icono y había sido desplazado hacia el lado opuesto de la catedral. Una puerta de hierro fundido ubicada cerca del icono había sido arrancada de sus bisagras y arrojada hacia afuera, donde se estrelló contra una pared y provocó una grieta profunda. Todas las ventanas de la catedral e incluso las de la cúpula de arriba quedaron destrozadas. En medio de la devastación general, el icono sagrado permaneció intacto e incluso el vidrio de dentro del marco permaneció entero. Pensando en destruir el icono, los anarquistas, por el contrario, se habían convertido en causa de su mayor glorificación.
Cada año, el viernes de la novena semana después de la Pascua, el icono del Signo se llevaba solemnemente en procesión desde la Catedral del Signo de Kursk hasta el lugar de su manifestación original en la Ermita de Kursk, donde permanecía hasta el 12 de septiembre. El 13 de septiembre era nuevamente devuelto solemnemente a la ciudad de Kursk. Esta procesión fue instituida en el año 1618 en memoria del traslado del icono de Moscú a Kursk y para conmemorar su aparición original.
Durante la revolución bolchevique, el icono fue retirado de la Catedral del Signo el 12 de abril de 1918. Se realizó una búsqueda del icono, pero sin resultados. El objeto sagrado fue descubierto en las siguientes circunstancias: no lejos del monasterio vivía una niña pobre con su madre, que durante tres días no habían tenido nada que comer. En ese momento, Kursk estaba controlado por el régimen bolchevique. El 3 de mayo, la niña, costurera, salió al mercado en busca de pan. De regreso a casa hacia la una de la madrugada, pasó junto a un pozo que, según la tradición, había sido excavado por San Teodosio de las Cavernas. Allí, a la orilla del pozo, vio un paquete envuelto en un costal, y al abrirlo, en el paquete encontró el icono sagrado, que aparentemente había sido dejado allí por quienes lo habían robado.
A finales de octubre de 1919, cuando el Ejército Blanco evacuaba la ciudad de Kursk, doce monjes del monasterio trasladaron el icono a la ciudad de Belgorod, desde donde fue trasladado nuevamente, primero a Taganrog y Ekaterinodar, y luego a Novorossiisk. Durante la evacuación, con el permiso del metropolita Anthonio Khrapovitsky, entonces presidente de la Alta Administración Eclesiástica en el sur de Rusia, el icono fue llevado a bordo del barco de vapor S. Nicolás por el obispo Teófano de Kursk el 1 de marzo de 1920 y transportado al ciudad de Tesalónica. El 3 de abril, el obispo Teófano llevó el icono a la ciudad de Peć, la antigua capital de Serbia. Durante cuatro meses el icono permaneció en Peć, y en septiembre, a petición del Barónn Wrangel, fue devuelto nuevamente a Crimea. Un año después de partir de la ciudad de Kursk, el 29 de octubre de 1920, la sagrada imagen abandonó su tierra natal durante la evacuación del Ejército Blanco y del pueblo ruso que se negaba a someterse al régimen soviético. Después de llegar nuevamente al Reino de los serbios, croatas y eslovenos, con la bendición del patriarca Dimitry, el icono sagrado permaneció con el obispo Teófano en el monasterio serbio de Yazak en la montaña Frushkaya. Desde finales de 1927, el icono se encontraba en la iglesia rusa de la Santísima Trinidad en la ciudad de Belgrado.
Con la bendición del Sínodo de los Obispos, el obispo Teófano llevó el icono a varios lugares donde vivían los rusos de la diáspora. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Belgrado fue objeto de bombardeos y otras tribulaciones asociadas con la guerra, el icono milagroso se convirtió en una muralla de esperanza para todos los que se acercaban a él con oración sincera.
Fiel compañero de aquellos rusos que no aceptaron la autoridad satánica, este gran y antiguo objeto sagrado, que había permaneció en Moscú durante la terrible agitación del siglo XVII, fue sacado de Yugoslavia en el otoño de 1944 junto con aquellos que huyeron nuevamente del régimen impío. Desde la Viena en ruinas, el icono fue llevado a la tranquila ciudad de Carlsbad, a la que había sido evacuado el Sínodo de los Obispos. Con la llegada de los bolcheviques, se trasladó nuevamente a Múnich en la primavera de 1945. El santo icono demostró ser un consuelo interminable para miles de personas que estaban experimentando todas las pruebas y tribulaciones de los últimos años de la Segunda Guerra Mundial. Desde Múnich, el icono se llevó a Suiza, Francia, Bélgica, Inglaterra, Austria y muchas ciudades y campamentos en la propia Alemania. Posteriormente, el icono fue trasladado al Nuevo Mundo, donde tuvo su residencia permanente primero en el Nuevo Eremitorio de Kursk en Mahopac, N.Y., y luego en la Iglesia Catedral del Sínodo de la Madre de Dios del Signo en la ciudad de Nueva York, residencia de el Primer Jerarca de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero. En la actualidad, por decreto del Consejo de Obispos de la Iglesia Ortodoxa Rusa en el Extranjero, se lleva a cabo un festival en honor del icono en el Eremitorio de Mahopac, N.Y., el domingo más cercano a la fiesta de la Natividad de la Santísima Madre de Dios (según el calendario juliano), y en la Catedral Sinodal de la Madre de Dios del Signo en la ciudad de Nueva York del 27 de noviembre al 10 de diciembre.
Fuente: eadiocese.org
Traducción del original inglés: Google Translator
Adaptación propia