Al parecer, San Jeroteo, como San Dionisio, fue uno de los nueve miembros del tribunal de la Colina de Marte (el Areópago), y por esta razón también es conocido como «el Tesmoteta», que significa legislador.
Fue un filósofo platónico. Habiendo sido primeramente instruido en la fe en Cristo por Pablo, se convirtió en Obispo de Atenas. Él a su vez inició a Dionisio más perfectamente en los misterios de Cristo; este último, por su parte, elaboró de manera más clara y precisa las enseñanzas concisas y resumidas de Jeroteo acerca de la Fe.
Jeroteo también fue transportado milagrosamente por el poder del Espíritu Santo para que estuviera presente en la Dormición de la Deípara, cuando, junto a los Santos Apóstoles y los Jerarcas Isapostólicos, se convirtió en líder de la himnodia divina: «Estaba totalmente transportado, totalmente fuera de sí mismo, y tan absorto en la comunión con las cosas sagradas que celebraba con himnos que a todos los que lo oían, veían y conocían, e incluso a aquellos que no lo conocían, les parecía que estaba inspirado por Dios como himnógrafo divino», dice Dionisio en ‘De los nombres divinos’, 3,2.
Habiendo vivido de una manera agradable a Dios y guiando a su rebaño con afán y entusiasmo, entregó su espíritu al Señor.
Es considerado el Santo Patrón de Atenas, junto con Santa Filotea y San Dionisio Areopagita.
El venerado cráneo de San Jeroteo está ubicado en el monasterio del siglo XI dedicado a él (y también dedicado a la Dormición de la Theotokos Kyparissiótissa) en Megara de Ática, fundado por San Melecio. La tradición hace referencia a que en esta iglesia fue donde llevó a cabo su vida ascética y también donde fue enterrado.
Partes de sus reliquias se encuentran también en el Santo Monasterio de San Pablo en el Monte Athos y en la Capilla de San Andrés en Atenas.
Fuente: goarch.org / laortodoxiaeslaverdad.blogspot.com
Adaptación propia