En este día también celebramos la Sinaxis de los Justos Padres del eremitorio de Óptina, en Rusia, que lucharon valientemente en la vida monástica en oración, humildad, obediencia y amor, y a quienes Dios juzgó dignos de grandes dones de discernimiento, profecía, clarividencia y «ancianidad» (es decir, la gracia de guiar a las almas por el camino seguro de la salvación).
Sus nombres fueron León (que reposó en 1841), Macario (1860), Moisés (1862), Antonio (1865), Hilarión (1873), Ambrosio (1891), Anatolio (1894), Isaacio (1894), José (1911), Barsanufio (1913), Anatolio (1922), Nectario (1928), Nicón (1931) e Isaacio (1936).