Lunes de la VII Semana de Lucas. Lecturas


Col 2,13-20: Hermanos, a vosotros, que estabais muertos por vuestros pecados y la incircuncisión de vuestra carne, Cristo os vivificó con él. Canceló la nota de cargo que nos condenaba con sus cláusulas contrarias a nosotros; la quitó de en medio, clavándola en la cruz, y, destituyendo por medio de Cristo a las Potestades y los Principados, los exhibió en público espectáculo, y los llevó cautivos en su cortejo. Así pues, que nadie os juzgue sobre lo que coméis o bebéis, ni por fiestas, lunas nuevas o sábados. Eso era sombra de lo que tenía que venir; la realidad es Cristo. Que no os descalifique nadie que se recrea vanamente en cultos de ángeles, o se enfrasca en sus visiones, engreído sin razón por su mente carnal; en lugar de mantenerse unido a la cabeza, de la cual todo el cuerpo, a través de las junturas y tendones, recibe alimento y cohesión, y crece como Dios le hace crecer. Si habéis muerto con Cristo a los elementos del mundo, ¿por qué os sometéis a los dictados de los que viven según el mundo?


Lc 11,29-33: En aquel tiempo, estaba la gente apiñándose alrededor de él y se puso a decirles: «Esta generación es una generación perversa. Pide un signo, pero no se le dará más signo que el signo de Jonás. Pues como Jonás fue un signo para los habitantes de Nínive, lo mismo será el Hijo del hombre para esta generación. La reina del Sur se levantará en el juicio contra los hombres de esta generación y hará que los condenen, porque ella vino desde los confines de la tierra para escuchar la sabiduría de Salomón, y aquí hay uno que es más que Salomón. Los hombres de Nínive se alzarán en el juicio contra esta generación y harán que la condenen; porque ellos se convirtieron con la proclamación de Jonás, y aquí hay uno que es más que Jonás. Nadie enciende una lámpara y la pone en un lugar oculto o debajo del celemín, sino sobre el candelero, para que los que entran vean la luz».



Fuente: Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española