Martes de la V Semana de Lucas. Lecturas


Flp 2,16-23: Hermanos, mis trabajos no fueron inútiles ni mis fatigas tampoco. Y si mi sangre se ha de derramar, rociando el sacrificio litúrgico que es vuestra fe, yo estoy alegre y me asocio a vuestra alegría; por vuestra parte estad alegres y alegraos conmigo. Con la ayuda del Señor Jesús, espero mandaros pronto a Timoteo, para animarme yo también recibiendo noticias vuestras. Porque no tengo a nadie tan de acuerdo conmigo que se preocupe lealmente de vuestros asuntos. Todos buscan su interés, no el de Jesucristo. De Timoteo, en cambio, conocéis su probada virtud, pues se puso conmigo al servicio del Evangelio como un hijo con su padre. A él precisamente espero enviároslo en cuanto vea clara mi situación.


Lc 9,23-27: Dijo el Señor a sus discípulos: «Si alguno quiere venir en pos de mí, que se niegue a sí mismo, tome su cruz cada día y me siga. Pues el que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa la salvará. ¿De qué le sirve a uno ganar el mundo entero si se pierde o se arruina a sí mismo? Pues si uno se avergüenza de mí y de mis palabras, también el Hijo del hombre se avergonzará de él cuando venga en su gloria, en la del Padre y en la de los ángeles santos. Pues de verdad os digo que hay algunos de los aquí presentes que no gustarán la muerte hasta que vean el reino de Dios».



Fuente: Sagrada Biblia de la Conferencia Episcopal Española